A tan sólo 40 minutos en coche de Belfast, Islandmagee, en una estrecha península en el borde de la popular Causeway Coastal Route, se encuentra The Gobbins Cliff Path.
Es un increíble recorrido a pie de 3 km a lo largo de los acantilados, recientemente restaurado y abierto de nuevo al público.
El recorrido original fue diseñado por la mente visionaria de Berkeley Deane Wise, ingeniero jefe de la Belfast and Northern Counties Railway Company.
Inaugurado en 1902, el camino transformaba un tramo de la línea ferroviaria en una pasarela diseñada para atraer a los visitantes en esta parte espectacular de Irlanda.
Representaba la modernidad y el primer acercamiento al turismo en la época eduardiana, que estaba viviendo un momento de gran crecimiento y expansión en Irlanda.
Con la gran depresión de 1929-1930, que hacía difícil mantener los altos costos de mantenimiento y más tarde con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, además de los daños causados por las fuerzas de los elementos, el camino cayó en desuso y quedó en estado de abandono hasta hace algunos años, cuando fue renovado y se tornó accesible con instalaciones modernas, adecuadas para la reapertura al público.
En espera de los visitantes, un recorrido increíble a precipicio sobre el mar con puentes colgantes y tubulares, una gran escalera, cuevas y túneles excavados en la roca.
Una aventura absolutamente espectacular que os llevará al descubrimiento de uno de los tramos de costa más sugestivos y salvajes de Irlanda del Norte.
La ruta consta de varias etapas que os dejarán sin palabras.
Esta sección de la ruta original se conserva intacta y los visitantes todavía tienen que comenzar el itinerario por este estrecho pasaje en la roca.
Es uno de los tres puentes metálicos más espectaculares.
Suspendido entre las rocas, os ofrecerá emociones fuertes gracias al rugido del mar debajo de vosotros, los vientos salados y las magníficas vistas.
El segundo puente de metal aún no tiene un nombre: se pidió a los visitantes proponer los nombres más originales para los tres puentes colgantes que representan uno de los principales lugares de interés de la ruta.
Escondido en una estrecha cala, Sandy Cave es uno de los pocos lugares tranquilos y arenosos del camino.
En la época del turismo victoriano, en esta pequeña playa se organizaban picnics para permitir a los visitantes relajarse.
Este increíble puente tubular representaba la obra de ingeniería más audaz en el camino original de Wise.
Su forma ovalada se ha convertido rápidamente en uno de los lugares más reconocibles del Gobbins.
Durante la modernización del recorrido la elección de conservar este símbolo ha sido obvia y los visitantes pueden experimentar la fuerte emoción de caminar sobre el mar.
Ésta fue una de las secciones del recorrido más desafiantes desde el punto de vista de la ingeniería, teniendo que soportar una pasarela junto a las empinadas paredes de roca de los acantilados.
Wise utilizó soportes de metal, cuyo principio se ha utilizado también durante la renovación.
Este rincón del recorrido os permite ver muy de cerca el mar, lo que permite la observación de muchas especies que viven aquí.
Bajar la escalera que conduce a las entrañas de la roca, por debajo del nivel del mar, es uno de los pasos más emocionantes de la ruta: se escuchan las olas rompiendo en las rocas fuera del túnel.
Esta cueva toma el nombre de un determinado tipo de helecho que crece con tenacidad.
En la época, Wise se vio obligado a instalar protecciones para evitar a los visitantes rasgarlo y llevárselo.
Cuando fue descubierta durante la construcción de la ruta original, la cueva reveló un macabro secreto: en el interior se encontraron los huesos de diferentes animales, ciervos, bueyes, ovejas, perros, conejos y liebres, y obviamente aves.
La leyenda atribuiba el mérito de esta “colección” a las nutrias de mar hambrientas, pero, a pesar de que la teoría no tiene ninguna base científica, la cueva ha mantenido ese nombre.
Este puente de metal revela su belleza, especialmente en los días de sol, haciendo brillar el mar a vuestro alrededor.
Este puente que “cierra” el camino toma su nombre de una situación desagradable que había surgido.
La ruta era visitada principalmente por los ricos que podían permitirse el “lujo” del turismo. Cuando se abrió la ruta, algunas personas locales, trabajadores y pobres, se apostaron amenazando hacer caer a los visitantes del puente.
Foto: © Institución Turismo Irlanda del Norte
El Gobbins es una experiencia difícil y no es adecuada para todos.