Si os gustan los acantilados y los lugares solitarios e inexplorados, donde sólo se oye el sonido del viento, entonces Slieve League es vuestro lugar.
Estos acantilados del Donegal son los más altos de Europa (más de 600 metros de altura) y mucho menos conocidos que los Cliffs of Moher en el condado de Clare.
Los Slieve League están ocultos tímidamente en su pequeño lugar aislado: pocos signos indican su presencia llegando de Teelin y Bunglass. Para llegar a ellos hay que subir antes por una carretera empinada y sinuosa en medio de brezales desiertos y casas perdidas y luego cruzar una verja y continuar la subida hasta arriba.
Durante la última parte del camino os parecerá haber llegado a las fronteras del mundo, en una tierra inexplorada y virgen habitada sólo por ovejas y algún viajero solitario que decidió recorrer este tramo a pie. Cada curva es un placer para los ojos y el perfil irregular pero dulce de los acantilados os dará la bienvenida en su regazo materno, en el verde cegador de los prados y con el olor a hierba mojada.
Al final de la subida no os esperarán gigantescos centros de visitantes, sino sólo un simple aparcamiento, una área de picnic y uno de los senderos más bellos de Irlanda: una escalera apenas visible hecha de piedras irregulares pequeñas y resbaladizas que os ofrecerá uno de los espectáculos más emocionantes de la isla.
Frente a vosotros se abrirán, a menudo ocultos por las nubes bajas, estos acantilados salvajes, afilados como los dedos de un pianista, elegantes como una mano enguantada, silenciosos como una canción de cuna: sólo escucharéis los graznidos de las gaviotas, el rugido lejos de las olas rompiendo en las rocas y el sonido regular de vuestra respiración mientras afrontáis la subida. No hay palabras para describir la belleza infinita de este lugar arcano, atávico y misterioso en su simplicidad. Habría que sentarse en una roca y contemplar durante horas la belleza que cambia de forma con la mutación de luces y sombras.
Consejos
- Al llegar a la zona de aparcamiento en la base de los acantilados se puede tomar la decisión de dejar el coche y caminar: 45 minutos para 4/5 kilómetros casi todo cuesta arriba.
- Si decidís ir en coche, no os olvidéis de cerrar la puerta de la verja.
- El camino escénico en los acantilados es peligroso después de la lluvia: las piedras son planas y resbaladizas y miran hacia el precipicio. Tened mucho cuidado sobre todo si viajais con niños y en los días de viento fuerte.
- En el estacionamiento superior no encontraréis nada más que los acantilados: ni baños, ni bar, ni otra forma de refresco.
- Si los acantilados están inmersos en la niebla, pero el día es incierto y ventoso esperad un poco: las nubes podrían abrirse y permitir las maravillosas vistas de las Slieve.