La legendaria fábrica de la Guinness está en el primer lugar entre los lugares más visitados de Irlanda.
Nacida en 1759, esta fábrica ocupa 26 hectáreas de tierra.
Las partes más antiguas se han convertido en un museo hi-tech, gracias a un proyecto futurista que ha sido capaz de adaptar la estructura convirtiéndola en un edificio que se eleva sobre 7 plantas asumiendo la forma de una pinta de Guinness.
Aunque el coste pueda parecer alto, aquellos que aman la negra más bebida en Irlanda no pueden no visitar este lugar.
Todos los componentes de la cerveza son ilustrados y mostrados en enormes barriles con la posibilidad de tocarlos y olerlos de cerca.
Se asiste a todo el procedimiento: ebullición, fermentación, envejecimiento y mezcla, en un gran ruido y mezcla de olores.
Se explica el arte sutil de la construcción de los barriles.
De los viejos carruajes a los más modernos sistemas para el transporte de la cerveza.
Las campañas de promoción se han vuelto legendarias, desde los carteles vintage hasta la propaganda moderna.
Toda la historia de cómo nació Guinness.
Si mantenéis el billete de entrada, podréis disfrutar de una pinta de cortesía en el espléndido Gravity Bar, magnífico mirador con vistas a la ciudad.
Consejos
- Si os encuentráis en Dublín, en los días del St.Patrick’s Day no os pierdáis los eventos musicales que organiza la Guinness Storehouse.
- Con la lluvia y los grandes eventos, hay más cola para entrar: preparaos para largas esperas (o más bien, comprad el billete online).
- Disfrutad de la visita sin prisas: vale la pena y compensaréis el costo del billete.
- No os olvidéis sacar una perfecta Guinness de acuerdo con las indicaciones de los cerveceros de la fábrica: al final de la operación recibiréis un certificado.