El imponente edificio de granito, fue diseñado en 1814 por Francis Johnston, el arquitecto más famoso del período georgiano.
Aquí se leyó la proclamación de la independencia de Irlanda y se convirtió en el cuartel general de los rebeldes durante la revuelta de 1916.
Durante la Pascua del 1916, sirvió como sede para el levantamiento.
Aquí Padraig Pearse, el poeta, y James Connolly, el dirigente sindical, proclamaron la independencia de Irlanda, con un millar de hombres de los Irish Volunteers.
Contratiempos y contraordenes hiceron que pocas ciudades de provincia siguieran el movimiento, que entonces fue circunscrito en Dublín.
Los insurgentes resistieron una semana a los ataques de la artillería británica antes de entregarse. Una cañonera en el Liffey no dejó de bombardear la zona, causando muchas destruciones y muertes entre los civiles. El general Maxwell, jefe de las tropas británicas, pensaba aterrorizar a los dublineses y ponerlos en contra de los insurgentes.
La represión fue salvaje y todos los líderes fueron asesinados, excepto De Valera que era ciudadano de los Estados Unidos. Que más tarde se convirtió en Presidente de la República. Constance Markiewicz también escapó del pelotón de ejecución, pero sólo porque era mujer! Ella dijo a sus jueces: «Tenía la esperanza de que tuvieran al menos la decencia de dispararme!».
Antes de ser ejecutado, Pearse dijo estas palabras: «Al menos Irlanda se deshace de un mal poeta». La opinión pública irlandesa, poco favorable a la idea de la independencia hasta 1916, fue devastada por la muerte de estos héroes y masivamente desvió su adhesión con el campo independentista. En Inglaterra, sin embargo, fueron raros los apoyantes de la insurrección. Labour Party y los sindicatos la condenaron.
Sólo, el escritor G.B. Shaw lanzó un auténtico “Yo acuso” en el Daily News para salvar a los patriotas irlandeses. Como consecuencia de esta toma de conciencia general, el Sinn Fein, el partido nacionalista, obtuvo en las elecciones generales, dos años después, más de tres cuartos de los escaños.
La GPO se reconstruyó en 1929 y se convertió en el lugar donde se convocan las manifestaciones políticas y el símbolo del espíritu republicano. Una placa y una estatua conmemoran este acontecimiento histórico.
Todavía son visibles las cicatrices de la batalla, que revive en las pinturas y en la estatua que representa la muerte de Cù Chulainn, héroe de la mitología celta, colocados dentro del foyer.